Pluralidad



Dicen que cuando las portadas de varios periódicos coinciden en los temas principales de la actualidad es porque están informando sobre catástrofes o sobre asuntos especialmente graves y en esta última semana de marzo de 2019 hemos tenido dos ejemplos relevantes, pero por motivos opuestos.

Primero me sorprendió la coincidencia el pasado 26 de marzo en los contenidos centrales de las primeras páginas de tres rotativos canarios. Las noticias escogidas por las tres cabeceras, en cambio, no resultaban escandalosas o preocupantes por si mismas, pero lo que se puede interpretar de esta coincidencia si resulta inquietante, sobre todo porque hace poco más de una década, antes de la crisis, hubiera sido impensable. Además, las dos principales noticias que acaparan éstas portadas no aparecen destacadas en las primeras páginas de ninguno de los otros dos periódicos de la región.

La coincidencia parece deberse a que los tres diarios pertenecen a un mismo grupo editor, lo que no sería un problema si no fuera porque en Canarias sólo hay cinco cabeceras y parece que pronto sólo habrá cuatro, lo que dentro de algunos sectores productivos podría considerarse como posición dominante, circunstancia que puede generar un problema para el desarrollo de una sana competencia empresarial y un peligro para la pluralidad informativa, que constituye la esencia de la libertad de expresión.

Recuerdo con nostalgia cuando hace un par de décadas llegaron a coexistir en nuestro archipiélago, aunque sólo durante unos meses, ocho periódicos: El Día, Diario de Avisos, La Gaceta de Canarias, La Opinión de Tenerife, La Provincia, Canarias 7, Diario de Las Palmas y La Tribuna de Canarias.

El viernes 29 de marzo la coincidencia fue plena en la información principal de los cinco periódicos canarios: la ratificación por parte del Tribunal Supremo de la condena a políticos, empresarios y funcionarios por corrupción urbanística en el denominado Caso Las Teresitas, lo que es un asunto especialmente grave y de trascendencia social. Sin embargo, pese compartir todos la misma noticia, las portadas fueron completamente diferentes en todos los casos, lo que podría considerarse como un ejemplo de pluralidad.


No tengo nada que objetar a los criterios de los profesionales de la información en la confección de las portadas de sus periódicos, como tampoco de las empresas editoras, pero la evolución de la prensa tradicional desde hace unos años también es una cuestión grave en lo económico, por la caída de los ingresos procedentes de los anunciantes, y en lo social, por la pérdida audiencia, credibilidad y puestos de trabajo directos e indirectos.

Parece que los periodistas somos los culpables de las crisis locales, nacionales e internacionales, además del calentamiento global del planeta, y no unas víctimas más . Lo que sucede es que resulta más fácil, rápido y eficaz matar a los mensajeros (ya sea física o virtualmente) que investigar y revelar, para que desde otras instancias se pueda perseguir y condenar a los autores reales que originan los problemas o los conflictos y comenten los delitos.

Vivimos tiempos difíciles para la profesión y cualquier error propio o ajeno lo pagamos los periodistas en los tribunales de primera instancia de las redes sociales y de las ruedas de prensa ofrecidas por quienes aprovechan su posición de privilegio para denostar nuestra labor. Luego, si hay suerte y tenemos razón, nadie se acordará de nosotros en estos mismos foros, mientras seguimos siendo devorados por la 'rabiosa actualidad'.

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