Voluntariado periodístico (y 2)

La Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE) trabaja en varios frentes para garantizar el acceso de la sociedad al periodismo de calidad y ofrecer salidas profesionales a periodistas en paro y a los recién titulados. Ha denunciado la precariedad de los becarios, para los que se pide remuneración, y ha recurrido al Defensor del Pueblo para que la titulación de periodismo sea incluida entre las que permiten dar clases de Lengua y Literatura en Educación Secundaria y Bachillerato.

También ha abordado la necesidad de que los profesionales participen en programas de alfabetización mediática contra las noticias falsas (fake news), algunos de los cuales forman parte del currículo escolar en centros escolares de Estados Unidos e Italia. A este respecto, la Asamblea de FAPE aprobó por unanimidad una propuesta de resolución presentada por la Asociación de la Prensa de Oviedo, para la implantación de una asignatura de periodismo en la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) impartida por titulados en Periodismo o Comunicación Audiovisual.

La Asociación Española de la Prensa Deportiva ha conseguido el compromiso del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, de que si sale reelegido considerará al periodismo como una actividad específica dentro del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) en 2020. Hasta ahora el alta debía hacerse dentro del grupo 861 de la Sección 2 (pintores, escultores, ceramistas artesanos, grabadores y artistas similares), que forma parte del epígrafe 86 que tiene por título Profesionales liberales, artísticas y literarias.

En los últimos meses la FAPE ha vivido tiempos convulsos, ajenos a la voluntad de sus directivos y del colectivo que representan. Al cambio de sede por el desalojo de la anterior a petición de Patrimonio Nacional, se añadió un ataque de piratas informáticos a sus servidores, que secuestraron su base de datos y pidieron un rescate. El suceso se denunció a la policía y no se accedió al chantaje, por lo que han tenido que empezar a recuperar toda la información bloqueada casi desde cero.

Aunque esto no es lo peor que le puede pasar a los profesionales y las organizaciones que les representan. La Federación Internacional de Periodistas alertó que se han incrementado las muertes en 2018, con 94 víctimas, de las cuales 16 han sido en Afganistán, 11 en Siria y el mismo número en México. Llama la atención que este último país no es una zona en conflicto, sino una democracia consolidada, por lo que los peligros para la profesión no sólo acechan en situaciones de guerra.

Preocupan los 222 ataques a periodistas que realizaban investigaciones en Europa, donde también se extiende la precariedad laboral y con ello la indefensión. Otros 547 periodistas se encuentran en prisión a causa de su trabajo, encabezando la lista de países Turquía, con más de 160 encarcelados por orden de su presidente Recep Tayyip Erdogán, la mayoría en prisión preventiva. En el ámbito doméstico, también preocupa que los medios de comunicación no difundan las resoluciones de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo y que la Asociación de Editores de Diarios Españoles pretenda crear a su medida una Comisión de Ética y Deontología. Inquieta la pérdida de calidad de vida y las escasas posibilidades de conciliación de los profesionales por la aparición de nuevas herramientas tecnológicas, cuyo uso y abuso afecta a los derechos laborales de los periodistas.

Entre las buenas noticias para la profesión destaca la aprobación por parte del Parlamento Europeo de una propuesta de Directiva Comunitaria sobre el cobro de los derechos de autor por parte de los periodistas, que podrán percibir parte de los ingresos obtenidos por la empresa para la que trabajan, especialmente cuando sean difundidas y reproducidas en entornos virtuales como YouTube, Facebook y Google News. Los eurodiputados rechazaron las enmiendas presentadas por el grupo de presión que agrupa a medios digitales, editores y empresas digitales, que se oponían a varios artículos del texto que consideraban lesivos para sus intereses.

Otra buena noticia es el acuerdo para modificar los estatutos de la FAPE, en la línea de no permitir la incorporación de nuevos asociados que no dispongan del título universitario acreditativo y acordar con las Administraciones Públicas que solo permitan el acceso de titulados en Periodismo y Comunicación Audiovisual a convocatorias de empleo público en puestos relacionados con estas actividades profesionales, por considerarlas como servicios para la ciudadanía.

No sabemos lo que nos deparará el futuro, pero sí que desde todas las asociaciones de periodistas tenemos el propósito de ayudar a todos los profesionales y futuros titulados al mejor ejercicio posible de la profesión en cualquier puesto de trabajo. No será tarea fácil, pero cuantas más voluntades sumemos, más posibilidades tenemos de conseguir aquello que nos propongamos, con el objetivo de contribuir a una mayor pluralidad, a incrementar la información de calidad y a consolidar un mejor escenario en el ejercicio de la libertad de expresión.

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