Fracasos
Herbert Marshall McLuhan |
Leer la prensa y escuchar y ver los
informativos de radio y televisión me produce desasosiego, tristeza
y bastante cabreo, pero trato de perseverar en mi optimismo y me
resisto a caer en la depresión o en la indignación crónica.
Afirmaba el profesor de Literatura, Crítica Literaria y Teoría de
la Comunicación Herbert Marshall McLuhan, que acuñó el término
'aldea global' para definir en la década de los 70 a la sociedad
actual, que “el medio es el mensaje”, entonces ¿son pesimistas
los medios informativos y los profesionales que trabajan en éstos?
¿Estamos trasladando los periodistas la crisis por la que atraviesa
nuestro sector al conjunto de la sociedad? ¿O estamos asistiendo
desesperados a un escenario fatalista que podemos describir y
aventurar pero no podemos cambiar?
Las noticias que se repiten en los
telediarios y se 'analizan' en las tertulias hablan de desencuentros
y conflictos entre las potencias mundiales, principalmente entre EE
UU y Rusia, en el ámbito nuclear, y entre EE UU y china, en el
ámbito comercial. Aunque luego el presidente de EE UU también haya
amenazado a Irán, a Corea del Norte, el gobierno de Nicolás Maduro
en Venezuela, a sus vecinos México y Canadá e incluso ha advertido
a España y la Unión Europa sobre futuras sanciones y aranceles a
determinados productos. ¿Hay algún país del planeta al que no haya
desafiado Donald Trump incluido el suyo?
La Unión Europea tampoco es un bálsamo
y el brexit confirma la incapacidad de los políticos actuales para
alcanzar incluso un acuerdo de divorcio. ¿Cómo hemos llegado hasta
aquí? ¿Tendrá algo que ver el fracaso del Tratado de la
Constitución Europea que aprobaron en octubre de 2004 los jefes de
gobierno de los países miembros y el Parlamento Europeo en enero de
2005, pero que fue rechazado en referéndum por los ciudadanos de
Francia y Holanda? ¿Tendrá algo que ver el tratado de Lisboa de
2007 rechazado en primera instancia por los irlandeses en referéndum
y actualmente en vigor? ¿O ha sido la crisis financiera de 2008 el
detonante del desencuentro entre la ciudadanía y los dirigentes de
las instituciones públicas?
En España las cosas no están mejor.
El conflicto catalán continúa sin resolverse y los partidos siguen
atrincherados en las mismas posiciones de hace años, donde se han
acomodado porque les permiten disparar sobre aquellos de su propio
bando que den pasos encaminados al diálogo: el famoso 'fuego amigo'
cada vez mejor instalado y eficaz.
La formación de gobierno tras las
elecciones del 28 de abril está siendo un espectáculo deplorable,
que ha sacado lo peor de los principales líderes políticos, que han
desenterrado el hacha de guerra para dar sepultura a la
transversalidad, una de las palabras más utilizadas por los dos
nuevos partidos que irrumpieron en el parlamento en 2015 en aquellos
'lejanos' tiempos. ¿Queda algo de aquella idea o era pura
estrategia?
Ahora lo único transversal son las
líneas rojas, los cordones sanitarios y los vetos. ¿Tan complicado
resulta llegar a acuerdos? ¿Nadie puede ceder algo en sus
posiciones? ¿Desde cuándo las promesas y programas electorales son
un dogma innegociable? ¿Qué impide un gobierno entre PSOE y Podemos
con apoyos nacionalistas? ¿Y otro entre PSOE y Ciudadanos? ¿Por qué
el PP no puede ahora abstenerse para que gobierne el PSOE en
solitario cuando hace cuatro años los socialistas sí tuvieron que
hacerlo? ¿Es ésta una democracia de una sola dirección y un único
sentido?
Podría pensarse que los medios de
comunicación tergiversan o inventan la realidad, como afirman muchos
políticos, y que las cosas que cuentan no pasan a nivel nacional o
internacional, pero basta con echar un vistazo a las redes sociales
(los asesinos silenciosos del periodismo) y leer los tweets de los
comunity managers de partidos e instituciones, de los propios
dirigentes y de los portavoces de las diferentes formaciones, para
darse cuenta que los problemas, tanto naturales como artificiales,
siguen ahí y que no van a tener una fácil solución con la actual
clase política, sino más bien todo lo contrario: Se van a agravar
siguiendo la máxima 'cuanto peor, mejor'.
El fracaso de los políticos electos
para alcanzar acuerdos en los diferentes ámbitos en los que
intervienen es también el fracaso de la democracia y de la sociedad
que la sustenta, lo que significa que se van a producir profundos
cambios en la sociedad y en las personas, cuyo descontento es
directamente proporcional al enriquecimiento de las grandes fortunas
nacionales y planetarias, con capacidad para comprar quince planetas
como la Tierra y para quienes la democracia es un sistema imperfecto,
que obstaculiza sus intereses y sus posibilidades de expansión. Pero
la Tierra no se expande y tampoco hay cerca otros catorce planetas
que puedan comprar para extraer sus riquezas. ¿No es hora de poner
los pies en el suelo que tenemos y no en el que nos gustaría tener?
Y, por cierto, ¿soñar es gratis o también hay que pagar por ello?
Comentarios
Publicar un comentario