Guanaxit rumanzi: Comercio sexual
Hace un par de meses (hay que ver lo rápido que pasa el tiempo) coincidí en Barcelona con la celebración de un evento por el que sentía curiosidad, sobre todo después de haber visto un anuncio que lo promocionaba y que resultaba bastante transgresor, incluso llegó a incluirse dentro de las noticias de un informativo nacional de televisión por la polémica que había generado.
El anuncio consistía en un video de minuto y medio de duración titulado 'Patria' (todavía se puede ver en http://saloneroticodebarcelona.com/multimedia/) cuya carátula de entrada y es una escena parecida al cuadro de Leonardo DaVinci 'La última cena', tras la cual aparece el rostro y la voz de la joven actriz, artista, diseñadora y empresaria Amarna Miller, con un mensaje en el que tacha de hipócrita al país en el que había nacido "donde la misma gente que me llama puta se pajea con mis vídeos. Un país que ama la vida, pero permite que se mate en nombre del arte. Un país indignado por la corrupción, pero que sigue votando a ladrones. Donde se salva a los mismos bancos que desahucian a miles de familias. Un país que se dice laico, mientras le pone medallas a las vírgenes. Que trata a los que emigran como héroes y a los inmigrantes como basura. Un país en el que los que se suponen guardianes de la moral pueden llegar a ser los más peligrosos. Donde la prostitución aún no es legal, pero cada año crece el número de clientes. Un país que se cree abierto y tolerante, donde un árbitro recibe amenazas de muerte por ser gay. Sí, vivimos en un país asquerosamente hipócrita, pero algunos no nos rendimos."
Tengo que reconocer que esta controvertida 'carta de presentación', a la que considero no le faltan ni razón ni argumentos, provocó mi interés por el acontecimiento y me fui a la web de la organización para conocer más detalles.
Uno de los que más me sorprendió fue el relativo al patrocinador principal, una empresa que se dedica a lo que se denomina como 'prostitución ética' y cuyo lema o 'slogan' comercial es 'Follamos en la primera cita'. Me llamó mucho la atención la conjunción de palabras 'prostitución ética' porque hasta ese momento desconocía que existiese.
Ese concepto que recordó a un documental que vi hace tiempo en un canal temático sobre la sexualidad en Gran Bretaña, donde aparecía una mujer que decía ser 'prostituta terapéutica' y explicaba que sólo tenía sexo a cambio de dinero con personas que tenían algún tipo de minusvalía o cuyo aspecto provocaba rechazo y, por tanto, no podían aspirar a tener una relación ni satisfacer su deseo sexual.
Esa mujer me transmitió en la entrevista mucha ternura y empatía con sus clientes, alguno de los cuales también ofreció su testimonio favorable, y reconozco que sus palabras que llevaron a una profunda reflexión, porque soy contrario a la prostitución y creo que el sexo es para compartirlo y disfrutarlo, pero no para comerciar con él.
Entiendo, por otra parte, que hay personas que no pueden satisfacer sus deseos y no por ello deben ser excluidos del placer compartido, pero entonces ¿por qué no ofrecer gratis esa vocación de servicio al necesitado? Quizá a este respecto no quede otra alternativa, porque en la sociedad actual el tiempo es dinero y viceversa, por lo que una persona que tenga un trabajo normal es posible que no pudiera compatibilizar ambas actividades y disponer de los momentos, fuerzas y ánimos necesarios para llevar a cabo de manera digna y grata esa labor de 'voluntariado sexual'.
Pero este caso no es el mismo que la denominada 'prostitución ética', que la empresa patrocinadora define en su página como un "concepto que promueve prácticas transparentes y honestas en el sector del sexo de pago. Es un comportamiento basado en el respeto por las personas que deciden dedicarse a la profesión más antigua del mundo y es respetar su libertad. Es oponerse a cualquier abuso y maltrato. Es luchar por los derechos de las/los trabajadores/as sexuales. Es salirse de la corriente turbia y revuelta que arrastra a muchos actores involucrados en el sector del sexo de pago tradicional. Es el camino que cada persona del sector debería seguir. La prostitución ética no es nada más que aplicar el sentido común. Los medios de comunicación no siempre son capaces de explicar de forma exhaustiva y precisa el mundo de la prostitución. De hecho, a veces parece que prostitución es sinónimo de trata, cuando en realidad las cosas son muy distintas." Y añaden para terminar: "Luchamos contra la trata de personas y la explotación sexual y nos gustaría que te unieras a nosotros. No te quedes callad@, ¡denuncia! Contacta con la Policía Nacional en la dirección trata@policia.es, o bien llama al 900 105 090."
Reconozco que ante esta explicación y al 'mapa de la prostitución en España' que incluyen en su web, me picó la curiosidad por conocer de donde eran las chicas que ofrecían sus servicios a través de esta empresa. De las 43 que aparecen, diez son brasileñas, seis colombianas, otras seis dominicanas, cinco venezolanas, tres cubanas y dos son españolas, la misma cantidad que jamaicanas, italianas y rumanas. También hay representantes en esta web de Francia, Hungría, Líbano, Panamá y Nicaragua.
Me llamó la atención de que no hubiera ninguna mujer procedente de los países del norte de Europa, Asia y América, por lo que me pregunté: ¿habrá prostitución local allí? Como viajaba después a Noruega, me puse a investigar sobre la prostitución en ese país y me encontré con una agradable sorpresa: allí está prohibida y se castiga al que paga, no al chico o chica.
Los noruegos no fueron los pioneros con esta medida, sino los suecos, que declararon ilegal la prostitución en 1999 y desde entonces le han secundado Islandia, Canadá, Singapur, Sudáfrica, Corea del Sur, Irlanda del Norte y Francia. El Parlamento Europeo instó en 2014 a los Estados miembros de la Unión Europea a adoptar fórmulas similares y algunos están tramitando leyes al respecto. Otros países como Finlandia han adoptado un sistema híbrido, que consiste en castigar la compra de servicios sexuales si la prostituta es víctima de las redes de trata.
Noruega tiene además algunas particularidades, como que se castiga severamente el turismo sexual y en Bergen, la segunda ciudad del país y una de las que recibe más visitantes al año, se puso en marcha con éxito un programa de integración para que las prostitutas, la mayoría procedentes de Europa Oriental y África, pudieran acceder a otras oportunidades laborales.
Con todos estos datos, me ratifico en mi postura contraria a la prostitución, incluida la 'ética', aunque creo que para tener una visión más cercana a este asunto voy a tener que leerme el libro de la periodista Samanta Villar titulado 'Nadie avisa a una puta', donde se recoge el testimonio humano de muchas de estas trabajadoras, que son las primeras a las que habría que preguntar por su situación personal y laboral.
Por lo que respecta al Salón Erótico de Barcelona, me sentí más o menos igual que cuando asisto a una feria monográfica de cualquier sector productivo, como Agrocanarias o Exposaldo, con algunas cosas interesantes, pero que creo que no son para mí, que ya me veo un poco mayor y escéptico sobre lo que se me ofrece. Además, encontré otra paradoja que añadir a 'prostitución ética': un puesto denominado 'porno educativo', donde en aquel momento se instruía a practicar masajes eróticos, lo que no me parece una actividad pornográfica, sino muy sensual.
La conclusión que extraje de la visita es que no encontré nada especialmente transgresor, aunque algunas propuestas parecían desafiar la Ley de la Gravedad y otras me resultaroninverosímiles, en cuanto a que pudieran ocasionar algún tipo placer. En mi modesta opinión, en cuestión de sexo y de placer, cuando se consigue la formación teórica y práctica necesaria y se tiene la voluntad de compartir todo lo que es posible compartir, no se precisa de ningún plan de marketing para alcanzar la plena satisfacción.
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